"Nadie
es alguien, un solo hombre inmortal es todos los hombres. Como Cornelio
Agrippa, soy dios, soy héroe, soy filósofo, soy demonio y soy mundo, lo
cual es una fatigosa manera de decir que no soy. [...]
Tampoco nos
interesaba el propio destino. El cuerpo era un sumiso animal doméstico y
le bastaba, cada mes, la limosna de unas horas de sueño, de un poco de
agua y de una piltrafa de carne. Que nadie quiera rebajarnos a ascetas.
No hay placer más complejo que el pensamiento y a él nos entregábamos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario