Graciosa y tierna imagen. Muero de amor.
lunes
domingo
El perseguidor
"Bruno,
ese tipo y todos los otros tipos estaban convencidos. ¿De qué, quieres
saber? No sé, te juro, pero estaban convencidos. De lo que eran,
supongo, de lo que valían, de su diploma. No, no es eso. Algunos eran
modestos y no se creían infalibles. Pero hasta el más modesto se sentía
seguro. Eso era lo que me crispaba, Bruno, que se sintieran seguros.
Seguros de qué, dime un poco, cuando yo, un pobre
diablo con más pestes que el demonio debajo de la piel, tenía bastante
conciencia para sentir que todo era como una jalea, que todo temblaba
alrededor, que no había más que fijarse un poco, para descubrir los
agujeros. En la puerta, en la cama: agujeros. En la mano, en el diario,
en el tiempo, en el aire: todo lleno de agujeros, todo esponja, todo
como un colador colándose a sí mismo... Pero ellos... el guardapolvo los
protegía de los agujeros; no veían nada, aceptaban lo ya visto por
otros, se imaginaban que estaban viendo. Y naturalmente no podían ver
los agujeros."
sábado
A ti
Hoy hace un mes que nos dejaste. Hace un mes que casi sin poder mirarte, casi sin poder creérmelo, nos despedimos. Revivo ese momento una y otra vez con la esperanza de volver a verte, pero solo revives en mi triste mente. Has aparecido en más de diez sueños, pero pareces tan real en ellos que, siendo atea, al despertar rezo por que sean ellos la realidad.
Te fuiste dejando mucho más que un patio vacío, dejando el día a día de cuatro personas vacío. Pero a pesar del dolor, mi corazón está lleno gracias a que tú pasaste por él. Tú eres razón de gran parte de mi personalidad, y compartir contigo estos trece años sin duda ha sido lo más bonito que haya podido pasarme en la vida.
Pasan los días y me doy cuenta de que has sido demasiado grande como para llegar a superar esto. Me acostumbro a esta oquedad pero acostumbrarse no es superar, es resignarse. Me resigno a que la vida, tan caprichosa, te haya hecho tan breve, aplicando la injusticia que le da razón de ser.
Pasarán los días, pero todos los rincones por los que anduviste olerán siempre a ti.
Te fuiste dejando mucho más que un patio vacío, dejando el día a día de cuatro personas vacío. Pero a pesar del dolor, mi corazón está lleno gracias a que tú pasaste por él. Tú eres razón de gran parte de mi personalidad, y compartir contigo estos trece años sin duda ha sido lo más bonito que haya podido pasarme en la vida.
Pasan los días y me doy cuenta de que has sido demasiado grande como para llegar a superar esto. Me acostumbro a esta oquedad pero acostumbrarse no es superar, es resignarse. Me resigno a que la vida, tan caprichosa, te haya hecho tan breve, aplicando la injusticia que le da razón de ser.
Pasarán los días, pero todos los rincones por los que anduviste olerán siempre a ti.
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